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¿2014, indignarse o actuar?

El filósofo francés Charles Pepin sugiere que, la indignación, no sirve para nada, excepto para pulir el ego de los indignados.  Para el famoso neuropsiquiatra Boris Cyrulnik, indignación es un compromiso a ciegas, « debemos preguntarnos a nosotros mismos la razón, y no sólo estar simplemente indignados ».  Dicho de otra manera, hay que completar su emoción con el razonamiento, y no contentarnos solamente, con tener la pasión emocional del instante.

La indignación es de hecho, un grito desde el corazón, sin pensar, y eso es lo que lo hace popular a primera vista.  Pero el grito de los que sufren de la indignación, expresada en la plaza pública, es sólo un evento momentáneo, y en ningún caso, sella la sed de justicia social; es sólo una alarma para servir a los medios.

Esta  supuesta indignación, es sólo el mensaje expresivo de un exceso de individualismo o una reacción a un ambiente opresivo.  Algunos también creen que es el mejor diseño para que todo, mágicamente y con sólo gritar públicamente su deseo, su sufrimiento, vaya a ofrecer la loca esperanza, de que esto puede cambiar algo, debido a la acción de los demás.  Claro, ellos, los culpables, los responsables, lo que son los otros.

El conocimiento enseña, que para avanzar en nuestras vidas, en un espacio colectivo, no podemos ser la única inteligencia, debemos aprender a conectar con las fuerzas del pensamiento de muchas personas diferentes y, actuar juntos con tiempo y esfuerzos, lo que nos permitirá que esta empresa útil, sirva para algo de bien y de manera sostenible.

La indignación puede ser un disparador para la acción, impulsando el compromiso del largo plazo, y la sociedad encontrara así su cuenta. También puede ser el desarrollador, para convertirse en una nueva fuente de ideas, para servir a la inteligencia colectiva global y compartida, por eso, sobre todo,  necesita acercarse a la unión de las fuerzas del cambio.

¿Por qué cada persona indignada, no decide tomar una acción concreta, o se atreve a optar por convertirse en uno de los más inteligentes, que se compromete a corregir las consecuencias de una serie de eventos, proviniendo de una antigua y mala elección de los responsables, impuesta por ellos, y que no siempre, se han guiado por las mejores intenciones?

En el corazón de esta decisión personal, de tomar conciencia individual de la potencia real e individual de la acción del poder de hacer, la cuestión, no es sólo estar en la oposición en el momento, y gritar en la calle; para actuar de verdad, hay que transformar en acción, lo que es una emoción particular, expresada en gritos pasajeros, sostenida del compromiso de una transformación con garantía de paso, ladrillo a ladrillo, para construir el progreso social sólida y realmente.

¿Pasarás tú de la etapa de individualista indignado, para convertirte en eslabón indispensable en la cadena del progreso colectivo?   Ese es tu reto social real, para ser el colaborador(a) activo(a) de un cambio posible.   ¿Te atreves a tener ese valor?  ¿Vas, a elegir tu lado, y aprender a comprometerte  políticamente con aquellos, a los que les gusta actuar, para servir honestamente y sin corrupción a su ciudad, a su Planeta, con el fin de mejorar la calidad de vida colectiva?

En la concretización del progreso social, nada se obtiene sin actuar, y nadie te va a dar gratuitamente y sin esfuerzo lo que tú puedas necesitar.  Al contrario, los más poderosos, y los más listos, actúan siempre, y de manera incansable, para quitarte lo que les viene bien a ellos, para mejorar sus únicos y ya confortables beneficios individualistas.

Para muchos, 2013, ha sido un año para indignarse, en el mundo y en España; quizás 2014, sea el año de actuar por el cambio de todo aquello que pensáis que debe ser cambiado. Hay que mojarse y hacer; resignarse, por el contrario, es empezar a morir poco a poco.  Los que tienen miedo sobreviven, pero no viven.  Elegir actuar sin miedo, es la única solución que realmente vale.

2012 será…

2011 fue el año de los demócratas con nuevas esperanzas y de desaparición de algunos tiranos, otros expresaron una indignación creciente del mundo, que se enfrenta a la elección de una sociedad impuesta por capitalistas. Seguro, que el futuro no depende de las circunstancias exigidas por rapaces de la política o de las finanzas, y sus deseos de rentables beneficios económicos, ni por el aumento de la publicidad que nos hace soñar el pertenecer a una clase social, como tampoco de las inciertas creencias de algunas agencias de EE.UU., sino que dependerá de nuestra capacidad para aprender rápidamente, a conocer los nuevos comportamientos y arreglar lo que ya no es bueno para nuestra existencia.

2012 para algunos, será como el fin de un mundo y de una manera de pensar. Será su año de apertura y de sensibilización como lo sugiere la cifra 5, que es la suma, en numerología del año 2012, será un año universal, el de los cambios en todos los ámbitos, y ofrece un verdadero punto de inflexión en la vida social del mundo. Será el año de la libre voluntad, en el que las gentes de los pueblos del mundo, más que nunca, serán los que  determinen sus propios valores, referencias, y deseos de identidad.  El cambio real sólo se consigue, cuando la persona desea contribuir sincera y colectivamente a la creación de una nueva realidad, para eliminar el sufrimiento impuesto por los que dominan el mundo. No es ya el momento de confiar en   creencias ignorantes  que se continúan utilizando contaminantes psíquicos, con la esperanza de recuperar el poder, perdido ya definitivamente.

Ha llegado el momento de sencillamente, hacer lo mejor posible.  Por lo tanto, hay que vivir intensamente el momento, y saber, que los ricos necesitan que usted tenga problemas, conflictos y enemigos, para fortalecer la sensación de confusión, que ellos utilizan, para restaurar su poder, para dividir y para hacer su fortuna a costa nuestra.

¿Tendremos la inteligencia necesaria para cultivar la felicidad en lo poco que tenemos?  ¿Podremos compartir la alegría del amor sereno con los que nos rodean? ¿Utilizaremos Este antídoto que nos permite, cuando estamos juntos, que nuestro deseo de paz  irradie e ilumine, haciendo posible la práctica de un sano dejarse ir, que nos libere de las grandes ilusiones globales y de los negativos medios de comunicación?

La decisión de vivir mejor pertenece a todos y cada uno de nosotros. Esa es nuestra libertad, con el precio que se le quiera dar. Y, sobre todo, será la mejor opción, si se toma con sentido común.